*Quiero agradar a DIOS*

2 de Timoteo 1:-3-4 -Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado.

La Palabra de Dios sin duda es como ese espejo en donde muchas veces no nos queremos mirar. Esa ventana que preferimos no abrir pues si lo hacemos, la brisa que entra nos mojaría de demasiadas vergüenzas. Y es que, como soldados del verdadero Dios, no podemos abandonar nuestra responsabilidad de velar por nuestras almas y la de los que nos rodean. Que los asuntos del mundo, son del mundo. Que como genuinos creyentes debemos enfrentar sus invitaciones con valor y disciplina. Sé que a veces se nos hace difícil luchar con alguna debilidad, con alguna inclinación que poco a poco nos va carcomiendo y alejándonos de Dios y de nuestros seres queridos. Un vicio, una de esas tragedias ocultas que jamás deseáramos la gente supiera de nosotros.

Entre las muchas exhortaciones que el Apóstol Pablo le hace a Timoteo, está en particular me llama mucho la atención. Esa ilustración del creyente como un soldado que está dispuesto a sufrir penalidades, dispuesto a negarse a sí mismo placeres y comodidades. Y es que enredase en los negocios de la vida, es como jugar con fuego. Sí, es no tomar conciencia de que como hijos e hijas de Jesús tenemos que ser fuertes y valientes, que tenemos que resistir las tentaciones del mundo, nuestra carne y sobre todo Satanás. Muchas veces la lucha será dura, será de vida o muerte como lo es la vida de un soldado en el frente de batalla. Pero, en CRISTO, en su perdón, en su misericordia y en su GRACIA hay victoria segura.

¡Animo!, que no es el fin… Hoy es el comienzo para enfrentar nuevamente la vida procurando hacer aquello que agrada a tu Dios por sobre toda cualquier otra cosa.

Serafín Alarcón Carrasquillo - tablitas del Señor / tablitas1.blogspot.com

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