Dios no te deja a pesar de que muchas veces no hemos sido fieles. Allí, donde el dolor aprieta el alma, no nos deja. Dios no te deja cuando los supuestos amigos escasean. No se esconde, no se hace el desentendido cuando la tormenta arrecia. Dios no te deja, y jamás lo hará. Él, mejor que nadie conoce íntimamente tus angustias y desvelos. En tu mañana y en tus noches frías te acompaña y te deja saber que no estás sólo en los desiertos de la vida. Dios no te deja aunque la tierra tiemble, aunque esta ya no de más frutos, aunque la enfermedad amenace y los ríos se salgan de su cause. Dios, Jesús no te deja pues en Él reposará tu alma en plena certidumbre de fe. En Él y sólo en Él está acallada mi alma. Dios no te deja. Salmos 62:1-2 En Dios solamente está acallada mi alma; De él viene mi salvación. El solamente es mi roca y mi salvación; Es mi refugio, no resbalaré mucho. -S.Alarcón
https://youtu.be/WOYPRsIaOqY