Nuestra esperanza

Nuestra única esperanza*

Cuan malo es cuando las cosas no salen como esperamos. Cuando perdemos un empleo, cuando aparece en escena una enfermedad inesperada o cuando sufrimos una traición por parte de una persona amada. Esos momentos en donde los “mejores” amigos no contestan las llamadas. Y bueno, el desánimo, tristeza y el mal humor van creciendo al punto de casi provocar en nosotros una explosión.

Cuando los vientos soplan fuertes, es natural no ser motivo de celebración. Nuestra casa se ve amenazada pero nunca destruida si CRISTO es su fundamento. Una vida cimentada en DIOS es aquella que no se intimida fácilmente por las circunstancias adversas. Nuestra paz y bienestar se basan en fundamentos sólidos, fundamentos que nacen de las mismas escrituras. Ninguna otra cosa creada podrá sustituir el lugar que solo corresponde al Señor en nuestros corazones. Si Dios no está en el asunto, de nada sirven las buenas intenciones. Mas, si queremos libertad genuina, es imprescindible encontrar en Jesucristo nuestra única ESPERANZA.

Job 11:18 - Tendrás confianza, porque hay esperanza; Mirarás alrededor, y dormirás seguro.

Serafín Alarcón Carrasquillo / www.youtube.com/ta1blitas

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