Obedecer

Cuando el Señor nos da la encomienda de hablar a otros en su nombre, seguro que nos ha de respaldar.

No está mal reconocer nuestra insuficiencia e incapacidad, eso en el fondo trabaja a nuestro favor cuando entra en escena el PODER de Dios.

Ninguna asignación de Jesús es fácil. Pero, si confiamos y nos dejamos guiar, Él hará cosas jamás pensadas por medio de nuestra debilidad.

La verdadera fe obedece sin importar las consecuencias.

-SAC

Comentarios

Entradas populares de este blog

Un maquillaje...