Alabadle
Alabadle...
Es maravilloso cuando hacemos algo con nuestras propias manos. Algo que cuando lo vemos nos deleitamos al saber que es producto de nuestra imaginación e inspiración divina.
Sí, se que puede ser exagerado cuando pretendo correlacionar lo que hacemos con Dios. Admito que puede ser arriesgada la aseveración y sin embargo... No me avergüenzo de decir que lo que hago, lo hago para la gloria del Señor.
Él me inspira a levantarme temprano y hablar con él. Él es el autor de cada tablita que sale de esta mesa de trabajo. Él me da fuerzas cuando salgo a la calle y comparto su Evangelio.
Vivo con Cristo y a Él dedicaré todo lo que hago hasta el último de mis días.
Salmos 150:1-6
Alabad a Dios en su santuario; Alabadle en la magnificencia de su firmamento. Alabadle por sus proezas; Alabadle conforme a la muchedumbre de su grandeza. Alabadle a son de bocina; Alabadle con salterio y arpa. Alabadle con pandero y danza; Alabadle con cuerdas y flautas. Alabadle con címbalos resonantes; Alabadle con címbalos de júbilo. Todo lo que respira alabe a Yahvé.
!Aleluya!
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